7 dic 2015

Muévete contra el calentamiento global

Ya sabéis que estos días está desarrollándose la llamada "Cumbre del Clima", en este caso la COP 21 en París, donde tras el fracaso de Copenhague´09, el vencimiento del protocolo de Kioto 2012, el compromiso previo de no superar la barrera de los 2 grados (Cancún 2010) y el último informe del IPCC (2014), se ha acordado internacionalmente que en París se tendrá que llegar a un acuerdo mundial y jurídicamente vinculante de reducción de emisiones.

Las 195 delegaciones que participan en la cumbre del clima de París han aprobado el pasado día 5, un borrador de 48 páginas con las líneas maestras del acuerdo que se pretende alcanzar en la capital francesa el próximo 11 de diciembre. Aunque aún hay "grandes diferencias políticas", especialmente entre los países desarrollados y en desarrollo, la voluntad de cerrar la COP21 con un acuerdo global para la reducción de emisiones está al alcance de la mano, según ha advertido la embajadora francesa del clima Laurence Tubiana.

Greenpeace y otras organizaciones han denunciado las maniobras "obstruccionistas" de países ricos en petróleo, especialmente Arabia Saudí, para evitar cualquier compromiso hacia una "total descarbonización de la economía", frente a una "transformación baja en emisiones". "Esperemos que en la recta final los ministros no cambien la ambición por la conveniencia, y sigan teniendo muy presente lo que advierte la ciencia", aseguró por sus parte Tasneem Essop, de WWF.

Al cabo de una semana, el diagnóstico es moderadamente optimista ante el proceso y relativamente pesimista hacia el contenido, empezando por el hipotético compromiso para fijar el tope de dos grados centígrados como el punto crítico del "clima peligroso". Los países más directamente afectados por el impacto del cambio climático siguen presionando por bajar el listón a 1,5 grados. Los compromisos iniciales anunciados por 170 países nos situarían sin embargo en un escenario de 2,7 grados antes de finales de siglo.



Otro de los asuntos más espinosos es la división entre países desarrollados y en desarrollo. Los más ricos consideran que ha llegado el momento de que las economías emergentes -como China, Brasil o India- arrimen el ascua a la hora de financiar la ayuda a los países de alto riesgo. La cuestión de fondo es, sin embargo, hasta qué punto los compromisos alcanzados en París serán "obligatorios" o si todo quedará en una mera declaración de intenciones.

Durante la apertura del debate, los países-isla del Pacífico, encabezados por Tuvalu, pusieron la necesidad de cerrar en París un "tratado" vinculante.Esa era también inicialmente la idea del Gobierno francés, pero Estados Unidos no quiere ni oír hablar de "objetivos de reducción vinculantes al estilo de Kioto". El Gobierno de Obama asegura que no puede comprometerse a ese nivel a sabiendas de que la mayoría republicana tumbaría esos objetivos a su paso por el Congreso. Los juristas de la ONU han tomado cartas en el asunto para delimitar cuál será finalmente la naturaleza jurídica del acuerdo.

Y ¿qué podemos hacer nosotros por remediar esta situación? "Piensa global, actúa local". La
Por la solidaridad intergeneracional
vieja máxima aplicada al medio ambiente urge a levantar la mirada hacia el medio y largo plazo para anticipar qué efectos tendrán nuestros pequeños actos cotidianos, unidos a millones y millones de pequeños actos cotidianos más, sobre el conjunto del planeta. Y a plantearnos qué podemos hacer para minimizar nuestro impacto.

En el siguiente artículo de Elpais.com se resume una serie de medidas para la lucha contra el cambio climático, tanto en el ámbito doméstico, en el colegio, en la empresa y en otros ámbitos.

Compartir, reciclar, reutilizar, comprar producto local y apoyar iniciativas innovadoras está en nuestra mano. Son gestos que cuidan la naturaleza.

Fotografías propias de la Marcha por el Clima del 29 de noviembre en Madrid.

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